Recurrirá a su sintonía con Bush para impulsar una estrategia que le permita llegar a una «minoría» en crecimiento, que integran ya más de 38 millones de personas

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El jefe del Ejecutivo quiere dar un fuerte impulso a una vieja aspiración española: que la influencia de España en el mundo hispano de Estados Unidos se note cada vez más. José María Aznar comienza mañana un viaje que, tras pasar por El Salvador, le llevará a varias ciudades de California, Nuevo México y Texas, tres de los Estados con una mayor población hispana en Estados Unidos. Será la primera vez que un jefe de Gobierno español visite oficialmente los Estados con la presencia hispana más importante.

El momento elegido para esta gira norteamericana, que se desarrollará entre el 9 y el 13 de julio, se considera idóneo en fuentes diplomáticas, ya que la posición adoptada por el Gobierno durante la crisis iraquí, en plena sintonía con la Administración Bush, ha hecho que los medios de comunicación estadounidenses hayan dedicado numerosos espacios a nuestro país. La firmeza en la alianza de Aznar con Bush ha sido vista por la mayoría de las autoridades y de los ciudadanos de Estados Unidos como una muestra de la fidelidad del socio español.

Imagen moderna y avanzada

En esa situación, Aznar se dispone a transmitir la idea de una España que, pasados veinticinco años desde la instauración de la democracia, presenta una imagen moderna y avanzada que, sin embargo no es bien conocida en Estados Unidos. Allí mantendrá contactos con los líderes políticos, económicos y culturales del llamado mundo hispano que, más allá de la variedad que puede apreciarse en él, se ha convertido ya en la minoría más numerosa de Estados Unidos, con un 13 por ciento del total de la población, por encima incluso de la minoría negra o afroamericana. Un total de 38 millones de hispanos, según datos oficiales, se reparten por Estados Unidos y se calcula que dentro de treinta años esa población podría alcanzar los 100 millones.

El problema es que ese mundo hispano tiene una procedencia muy variada en la que los españoles son un grupo reducido -poco más de 100.000- frente a las cada vez más numerosas comunidades mexicanas, cubanas, puertorriqueñas, dominicanas o de los países de Centroamérica y Suramérica. España no estuvo presente, más que de manera simbólica, en los grandes movimientos migratorios que desde Europa fluyeron hacia Estados Unidos durante los dos últimos siglos y no dispone por ello de una comunidad propia, pero su lengua es cada vez más hablada y no sólo en los Estados de mayoría hispana. Quien recorra las calles de grandes urbes como Nueva York o Chicago no necesita hacer ningún esfuerzo para escuchar hablar en español.

No hablar español

Sin embargo, España no es, ni mucho menos, la referencia de esos millones de hispanos que, poco a poco, están aumentando su poder en los centros de decisión políticos y económicos. A medida que se van integrando en Estados Unidos, esos hispanos se hacen más estadounidenses y olvidan las raíces que les ataban a sus países de origen. De hecho, se estima que ya una cuarta parte de la población de origen hispano, fundamentalmente la más joven, no habla español, aunque, a pesar de ello, dentro de cinco o seis años, habrá más hispanohablantes que en toda España.

Las autoridades españolas son conscientes de las dificultades, pero consideran que, en cualquier caso, nuestro país no puede estar ajeno al crecimiento de la presencia hispana en Estados Unidos que, sobre todo desde comienzo de los noventa está configurando una nueva realidad. Por ello. preparan una estrategia para intentar que en los próximos años la cultura, la empresa y la auténtica realidad de España sean cada vez más conocidas.

De momento, la visita de Aznar se abrirá en California, donde un 32 por ciento de la población es hispana. Allí acudirá primero a Sacramento y después a Los Ángeles, donde los días 10 y 11 mantendrá contactos con personalidades de la vida californiana, entre ellas los líderes de las cámaras legislativas y empresarios.

Un programa similar lo desarrollará también en Nuevo México, el Estado que se siente más orgulloso de sus raíces españolas y el que tiene mayor porcentaje de población hispana -42 por ciento-, proveniente sobre todo de México. Los días 11 y 12 visitará Albuquerque y Santa Fe, donde se reunirá con el gobernador, Bill Richardson, uno de los hispanos que llegó más alto en la Administración estadounidense.

La última etapa del viaje de Aznar, los días 12 y 13, será la estancia en Texas, que cuenta con un 32 por ciento de población hispana y es el Estado de George Bush, aunque en esta ocasión no está programado, en principio, ningún encuentro entre ambos mandatarios, ya que el presidente norteamericano realiza una gira por África del 7 al 12 de julio. Aznar visitará San Antonio y terminará con una disertación en Austin ante la Conferencia Anual del Consejo Nacional de la Raza, la mayor organización hispana de Estados Unidos.
(Reproducido de ABC )
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