La Seguridad Social (SS), en España, funciona con un sistema de reparto y no de capitalización. Esto quiere decir que existe una llamada "caja única" común, de la que sale el dinero para la asistencia sanitaria y las pensiones de jubilación. Este sistema implica que mientras haya suficiente número de trabajadores que contribuyan a la "caja única" de la SS no habrá problemas de para atender las pensiones y la asistencia sanitaria. El dinero con el que contribuye cada afiliado a la SS no es para él sino para el sistema. Por tanto, a medida que los gastos sociales se incrementan (por ejemplo, asistencia sanitaria universal básica incluso para los que no contribuyen al sistema, pensiones "no contributivas" concedidas a personas que o no han cotizado nunca a la SS o no lo han hecho durante el tiempo mínimo necesario para poder obtenerla, etc) se puede alcanzar un punto de insolvencia si el número de contribuyentes no alcanza a sostener el ritmo del gasto. Este es un problema cierto que acecha en un futuro, y por ese motivo se viene debatiendo últimamente la conveniencia o no de ir a un sistema mixto de reparto/capitalización, co-pago de ciertos gastos sanitarios (medicinas), etc. Se ha venido hablando de que si España atraviesa una crisis económica duradera el sistema de la SS entraría en crisis y existirían dificultades para el pago de pensiones en un par de décadas. Este es un problema no sólo de España sino también de buena parte del sistema europeo de SS. Indudablemente, si el sistema entra en crisis se recortarán los beneficios sociales y las pensiones, pero es imposible que el sistema europeo de SS desaparezca porque es consustancial con la mentalidad europea, independiente de la ideología política de los partidos (sean conservadores o socialdemócratas).
Por supuesto, existen otros sistemas aparte de la SS, como son los seguros y mutuas privadas para cubrir la asistencia sanitaria y las pensiones de jubilación. El coste depende del tipo de garantías que contrates. Los trabajadores por cuenta propia (profesionales independientes de diverso tipo) no suelen (o no pueden) estar afiliados a la SS (o, si lo están, además contratan seguros privados que complementen las prestaciones).
En el sistema de la SS existe un régimen general, al que están afiliados la inmensa mayoría de los trabajadores por cuenta ajena. Pero también existen diversos regímenes especiales para los funcionarios de Estado de cierto nivel. Para la asistencia sanitaria, estos funcionarios pueden elegir entre la sanidad pública de la SS y la sanidad que ofrecen ciertas compañías privadas. Los medios técnicos y profesionales de la sanidad pública son insuperables, especialmente para enfermedades graves; el problema es su masificación y el poco confort de las habitaciones en los hospitales (se comparte habitación con otro o varios enfermos). En las compañías privadas no hay esa masificación, el trato es -teóricamente- más personalizado y en los hospitales se está en habitaciones individuales con derecho a familiar acompañante, por ejemplo.
Bueno, no me alargo más. Espero que esto te haya aclarado algo la cuestión.