Posted by: Anonymous
Muy grave - 03/17/04 02:04 PM
ANDRÉS ORTEGA
Diagnóstico: muy grave
EL PAÍS | Internacional - 15-03-2004
Es muy grave que dos centenares de personas hayan fallecido en los
atentados del 11-M en Madrid, en una operación preparada como un
mecanismo de relojería, que ha requerido un número significativo de
participantes, y que ni las fuerzas de seguridad ni las de inteligencia
hayan podido evitarlo. España se enfrenta ahora a dos terrorismos de
naturaleza y alcance muy distintos. Uno, local; el otro, global y con
una capacidad de daño mucho más masiva e indiscriminada -aunque para
los muertos esto cambie poco- que requerirá muchos más y nuevos medios
para combatirlo.
Es muy grave que una organización terrorista y, además, extranjera haya
podido intervenir, con su violencia, en una elección democrática e
influir en su resultado. Con el 11-M España ha vivido su propio 11-S,
pero también una especie de 23-F externo: no tanto un golpe de Estado,
pero sí un golpe contra el Estado. Lo ocurrido va a tener repercusiones
en toda Europa. Ninguna elección importante en este continente ni en EE
UU estará ya libre del miedo.
Es muy grave que el presidente de Gobierno haya engañado a medios y en
general a la sociedad. ¿Cómo no creer a un presidente del Gobierno si
personal, aunque privadamente, confirma la autoría de ETA? ¿Y al
ministro del Interior? Acebes, el pasado jueves, al presentar sus
indicios circunstanciales contra ETA, recordaba -salvando algunas
distancias- al alegato de Colin Powell en el Consejo de Seguridad sobre
las armas de destrucción masiva de Sadam Husein, que nunca han
aparecido. El daño a la credibilidad de los Gobiernos desde la
democracia también es muy preocupante.
Es muy grave que el Gobierno intentara orientar a toda España y a todo
el mundo hacia la pista ETA, pues con ello ha logrado victimizar a la
organización terrorista, que ha cobrado nuevas alas. Y la frase de la
declaración institucional de Aznar en aquel día -"han matado a muchas
personas por el mero hecho de ser españoles"- resulta demasiado oscura,
independientemente de que una parte de los muertos sean extranjeros.
Pues los etarras también son españoles (aunque no se reconozcan a sí
mismos como tales y haya franceses entre ellos).
Es muy grave que el sábado, en unas vísperas electorales cargadas,
cuando ya había información sobre la pista islámica y las detenciones,
el Gobierno retuviera su confirmación durante más de cinco horas.
Probablemente, ante la tragedia, el Gobierno hubiera preferido que
hubiera sido ETA a un ataque islamista que abre nuevas incertidumbres,
y que Bush prefiriera Al Qaeda, pues le confirma en su discurso de "la
guerra contra el terrorismo".
Es muy grave que la diplomacia española haya sido utilizada para
orientar en una sola dirección, la de la supuesta autoría de ETA, a la
opinión pública internacional a través de sus embajadas. Y muy grave
que, a pesar de algunas resistencias, el Gobierno haya forzado la mano
del Consejo de Seguridad de la ONU para atribuir a ETA el atentado.
Así, España ha perdido credibilidad como país y el Gobierno ayudado,
una vez más, a socavar la de la ONU. Es muy grave que una guerra
equivocada e ilegal como la de Irak haya contribuido a aumentar el
terrorismo global, y no a reducirlo. Naturalmente, este terrorismo no
ha nacido de esta guerra. Ni tampoco el atentado del 11-M debe llevar a
cambiar la apreciación o las razones de las decisiones. España debe
recuperar la autonomía de sus decisiones, por sus propios méritos o
deméritos, independientemente de lo ocurrido el 11-M.
Es muy grave el clima de desconfianza que se ha creado en España, y que
perdurará. Tras las mentiras para la guerra de Irak, ha llegado esto, y
no sorprende que los servicios de seguridad y de inteligencia, pese a
sus fallos, se rebelen contra su manipulación política. La democracia,
como muchas otras relaciones públicas y privadas, sólo pueden funcionar
sobre la base de la confianza. Lo ocurrido recuerda más la manera de
actuar de Vladímir Putin que de Gobiernos democráticos.
Aznar se va. Se va mal. Y nos deja mal. Es muy grave.
Diagnóstico: muy grave
EL PAÍS | Internacional - 15-03-2004
Es muy grave que dos centenares de personas hayan fallecido en los
atentados del 11-M en Madrid, en una operación preparada como un
mecanismo de relojería, que ha requerido un número significativo de
participantes, y que ni las fuerzas de seguridad ni las de inteligencia
hayan podido evitarlo. España se enfrenta ahora a dos terrorismos de
naturaleza y alcance muy distintos. Uno, local; el otro, global y con
una capacidad de daño mucho más masiva e indiscriminada -aunque para
los muertos esto cambie poco- que requerirá muchos más y nuevos medios
para combatirlo.
Es muy grave que una organización terrorista y, además, extranjera haya
podido intervenir, con su violencia, en una elección democrática e
influir en su resultado. Con el 11-M España ha vivido su propio 11-S,
pero también una especie de 23-F externo: no tanto un golpe de Estado,
pero sí un golpe contra el Estado. Lo ocurrido va a tener repercusiones
en toda Europa. Ninguna elección importante en este continente ni en EE
UU estará ya libre del miedo.
Es muy grave que el presidente de Gobierno haya engañado a medios y en
general a la sociedad. ¿Cómo no creer a un presidente del Gobierno si
personal, aunque privadamente, confirma la autoría de ETA? ¿Y al
ministro del Interior? Acebes, el pasado jueves, al presentar sus
indicios circunstanciales contra ETA, recordaba -salvando algunas
distancias- al alegato de Colin Powell en el Consejo de Seguridad sobre
las armas de destrucción masiva de Sadam Husein, que nunca han
aparecido. El daño a la credibilidad de los Gobiernos desde la
democracia también es muy preocupante.
Es muy grave que el Gobierno intentara orientar a toda España y a todo
el mundo hacia la pista ETA, pues con ello ha logrado victimizar a la
organización terrorista, que ha cobrado nuevas alas. Y la frase de la
declaración institucional de Aznar en aquel día -"han matado a muchas
personas por el mero hecho de ser españoles"- resulta demasiado oscura,
independientemente de que una parte de los muertos sean extranjeros.
Pues los etarras también son españoles (aunque no se reconozcan a sí
mismos como tales y haya franceses entre ellos).
Es muy grave que el sábado, en unas vísperas electorales cargadas,
cuando ya había información sobre la pista islámica y las detenciones,
el Gobierno retuviera su confirmación durante más de cinco horas.
Probablemente, ante la tragedia, el Gobierno hubiera preferido que
hubiera sido ETA a un ataque islamista que abre nuevas incertidumbres,
y que Bush prefiriera Al Qaeda, pues le confirma en su discurso de "la
guerra contra el terrorismo".
Es muy grave que la diplomacia española haya sido utilizada para
orientar en una sola dirección, la de la supuesta autoría de ETA, a la
opinión pública internacional a través de sus embajadas. Y muy grave
que, a pesar de algunas resistencias, el Gobierno haya forzado la mano
del Consejo de Seguridad de la ONU para atribuir a ETA el atentado.
Así, España ha perdido credibilidad como país y el Gobierno ayudado,
una vez más, a socavar la de la ONU. Es muy grave que una guerra
equivocada e ilegal como la de Irak haya contribuido a aumentar el
terrorismo global, y no a reducirlo. Naturalmente, este terrorismo no
ha nacido de esta guerra. Ni tampoco el atentado del 11-M debe llevar a
cambiar la apreciación o las razones de las decisiones. España debe
recuperar la autonomía de sus decisiones, por sus propios méritos o
deméritos, independientemente de lo ocurrido el 11-M.
Es muy grave el clima de desconfianza que se ha creado en España, y que
perdurará. Tras las mentiras para la guerra de Irak, ha llegado esto, y
no sorprende que los servicios de seguridad y de inteligencia, pese a
sus fallos, se rebelen contra su manipulación política. La democracia,
como muchas otras relaciones públicas y privadas, sólo pueden funcionar
sobre la base de la confianza. Lo ocurrido recuerda más la manera de
actuar de Vladímir Putin que de Gobiernos democráticos.
Aznar se va. Se va mal. Y nos deja mal. Es muy grave.